Ramon

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Ramon Gallart

diumenge, 6 d’agost del 2023

Tecnología es clave para una mayor eficiencia energética


Sin ninguna duda, la tecnología es clave e imprescindible para una mayor eficiencia energética en todos los ámbitos que son utilizados por la sociedad debido a su omnipresencialidad y cada vez mayor dependencia.

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¿Qué papel juega la tecnología para conseguir que instituciones / ciudades / industrias / centros de datos / infraestructuras tecnológicas… mejoren su eficiencia energética? ¿Cuáles considera son las tendencias más relevantes en este ámbito?

Sin ninguna duda, la tecnología es clave e imprescindible para una mayor eficiencia energética en todos los ámbitos que son utilizados por la sociedad debido a su omnipresencialidad y cada vez mayor dependencia.

Si tomamos el concepto de Smart City, éste apareció alrededor del año 2000 para tratar los problemas de sostenibilidad que surgían en las ciudades y que se centraban fundamentalmente en la eficiencia energética. Actualmente nadie duda que para hacerlo posible se requiere de la infraestructura de las TIC. De hecho, España sigue trabajando en este concepto el cual, no es exclusivo de los organismos públicos, sino que requiere la participación de la industria, centros tecnológicos universidades y, sobre todo, de la sociedad.

La tecnología contribuye en la eficiencia desde la obtención de las materias primas pasando por la fabricación de todo el hardware y software que lo permite gestionar hasta su instalación. Un hecho diferencial es que hoy en día, la tecnología ya nos permite conocer necesidades energéticas y en un entorno energético que se avecina con restricciones, nos da la posibilidad de adelantarnos a estas necesidades con el fin de ajustar la demanda energética con la oferta y con más precisión. Este simple hecho ya es un cambio de paradigma respecto al modelo energético actual.

En mi opinión y en base a mi carrera profesional, las tendencias más significativas pasarán por el aumento de la potencia informática que demandaran las nuevas infraestructuras de telecomunicaciones como son el 5G y el 6G que ya se entreve en el horizonte para conectar cualquier activo IoT, nuestros móviles, vehículos autónomos y cómo no, la gestión energética que será muy distribuida. Ello lleva a desplegar dispositivos mucho más inteligentes con capacidad de toma de decisiones distribuidas (edge-computing) soportados en la datificación como factor clave que permitirá dar respuesta a la digitalización que genera grandes cantidades de datos que utilizan algoritmos basados en la inteligencia artificial sin olvidar que todo ello, ya requiere de la confianza y seguridad digital.

¿Estamos hoy en un momento clave para la transición energética? ¿Qué papel considera juegan las compañías energéticas en esta transición energética?

Sin ninguna duda, sí. En concreto, los distintos actores energéticos juntamente con sus roles, debemos hacer posible la penetración masiva de energías renovables con el conjunto de activos necesarios que permitan atender el contexto que vivimos de crisis global y en particular, Europa.

Una forma, es mediante hacer realidad las comunidades energéticas ciudadanas dado que disponemos de la tecnología, los recursos económicos, humanos y de conocimiento. En este contexto, las comunidades energéticas serán un elemento que desempeñaran un papel clave en dicha transición energética debido a que ofrecerá a la ciudadanía, un instrumento para analizar y organizar acciones colectivas, tomando así un papel activo y central en dicha transición.

Por tanto, las comunidades energéticas son una herramienta activa para fomentar la implementación de sistemas de energía renovable y distribuidos, incrementar la aceptación social de la transición energética que incentivaran el interés de inversiones privada, con el potencial de proporcionar beneficios directos a los ciudadanos al promover la eficiencia. No obstante, hay que seguir trabajando para mejorar procesos administrativos de tramitación.

El papel de las compañías energéticas pasa por completar nuestra transición cómo actores protagonistas, no sólo se debe pensar en invertir en la generación renovable sino también en la demanda y la gestión de la energía con el fin de potenciar el desarrollo de nuevos modelos de negocio que permitan que los usuarios de energía eléctrica interactúen con ella y así se sientan que forman parte, tal como lo consiguió hacer el sector telco.

A qué retos se enfrenta el sector tecnológico? ¿Y el sector industrial?

Claramente, la tecnología sigue siendo la clave del desarrollo y la innovación del sector energético por lo que la necesidad de recurrir a ella provoca que cada día haya más conciencia de la importancia de invertir en desarrollo tecnológico y de implantar soluciones digitales.  Sin ninguna duda, el sector tecnológico se enfrenta a un entorno económico repleto de desafíos motivado por el cambio de paradigma que estamos viviendo por la escasez de materias primas, la deslocalización de las plantas de fabricación y la dificultad en captar y retener talento.

El sector industrial, debería reindustrializarse y reubicarse para conseguir una mayor eficiencia y productividad de su capital para hacer crecer su economía con el fin de mejorar el numero de trabajadores del tejido industrial ya que en España, está más bajo que en otros países europeos.

También debería mejorar la inversión en innovación para mejorar su adaptación a los tiempos que cada día son más cambiantes además de apostar por fuentes renovables ambos, con el fin de que puedan ser de ayuda para reducir los altos costes energéticos de hoy y así adaptarse hacia un potencial mercado más volátil.

¿Qué acciones desarrolladas recientemente por su organización considera más relevantes en materia de Eficiencia Energética? ¿Qué papel han tenido las TIC/Tecnologías? ¿Cuáles considera son las tendencias de más relevancia en este ámbito?

Para empresas como la nuestra con más de cien años de historia, el proceso de transición energética no es inmediato el cual, debe ser transversal y líquido para todos los negocios en que participamos. En este sentido, hemos avanzado en la innovación explorando y interactuado con los clientes con el fin de obtener tecnologías altamente eficientes energéticamente en los vectores de generación, distribución y comercialización con una clara apuesta por la optimación de las relaciones con nuestros clientes. Por ello trabajamos en la exploración de las tendencias para adaptarnos y mejorar así, los actuales retos cambiantes.

El papel de las TIC y las tecnologías emergentes es fundamental para mejorar la eficiencia de nuestros negocios, así como generar propuestas de valor que nos hagan posible identificar el por qué nuestros clientes deben escogernos. Por ello apostamos por las tecnologías que permitan transformar el sector eléctrico y cubran las necesidades de la sociedad. Para ello, desarrollamos oportunidades de innovación con tecnologías emergentes juntamente con centros tecnológicos y universidades.

Las tendencias que nos centramos son la gestión inteligente de los vectores eléctricos motivado al incremento de sensores que van incorporándose en la red eléctrica con el fin de hacer partícipe a nuestros clientes como por ejemplo, poner en valor nuevos activos en la red basados en electrónica de potencia con su software basados en inteligencia artificial y edge-computing  para obtener una mayor eficiencia de la infraestructura y convertir la red eléctrica en una internet del kWh con un mínimo impacto en el medioambiente y así  ofrecer el confort a la sociedad que espera con inversiones que permitan poner en valor nuevos activos.

¿Cómo le gustaría ver a España, desde el punto de vista de la competitividad energética, en el año 2030?

La electricidad es clave para descarbonizar los usos energéticos gracias a las energías renovables y la transformación de los activos con el fin de que la sociedad sea más eléctrica.

Para ello, España ha fijado sus objetivos de mitigación de emisiones en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 y los ha incluido en la Ley de cambio climático y transición energética (BOE 20/05/2021) con el fin de reducir en el 2030 las emisiones brutas totales al menos un 23% respecto a las de 1990.

El PNIEC es una gran oportunidad para la competitividad energética la cual, pasará por involucrar a la sociedad y forme parte activa de la transición energética. Para ello el modelo de fuentes renovables centralizadas no será la única solución más optima ya que este modelo de gestión de las infraestructuras tendrá muchas analogías con la arquitectura actual y eso no fomentara más competitividad, por ello la implantación de las tecnologías distribuidas y las comunidades energéticas locales serán claves para obtener una España más competitiva en lo que se refiere a las energías.

En definitiva, me gustaría ver España como un país que ha conseguido realizar la transición energética con los nuevos modelos de gestión de las infraestructuras comentados anteriormente y así, la sociedad se sienta satisfecha con ello.

Ramon Gallart